Capturan en Colombia a uno de los líderes del Cartel de Medellin
El capo de 49 años tenía una orden de detención en España por tráfico de drogas, señalado del “envío de más de tonelada y media de clorhidrato de cocaína.
En una operación conjunta entre las autoridades colombianas y españolas, se ha logrado la detención de Julio Andrés Murillo Figueroa, alias H-1 o El Zar, un capo narcotraficante de 49 años, señalado como el responsable directo de las operaciones del Cartel de Medellín en Europa.
Esta detención representa un golpe significativo para las redes de tráfico de drogas internacionales, especialmente en Europa, donde Murillo Figueroa mantenía vínculos con organizaciones criminales como la ‘Ndraguetta y la Mocro Maffia.
La ‘Ndraguetta, una poderosa mafia calabresa, y la Mocro Maffia, un grupo con miembros de origen marroquí, son conocidas por controlar una parte significativa del comercio de cocaína en Europa, operando principalmente a través de los puertos neerlandeses de Amberes y Róterdam. La detención de Murillo Figueroa revela su papel crucial como nexo entre el Cartel de Medellín y estas organizaciones criminales europeas.

El arresto tuvo lugar el 1 de marzo en la lujosa residencia de Murillo Figueroa, ubicada en una zona rural aislada de la región de Antioquia, Colombia. Las autoridades españolas habían emitido una orden de detención contra él por tráfico de drogas, específicamente por el envío de más de una tonelada y media de clorhidrato de cocaína a la ciudad costera de Huelva, España, en 2021.
Según la Fiscalía de Colombia, Murillo Figueroa también era conocido como “el narco invisible” y se le consideraba el principal proveedor de cocaína de Jonas Sture Falk, apodado el “Pablo Escobar sueco”. Además, mantenía nexos directos con el Clan del Golfo, uno de los carteles de droga más poderosos de Colombia.
La captura de Murillo Figueroa representa un importante golpe contra el narcotráfico y demuestra la eficacia de la cooperación internacional en la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales. Tanto Colombia como España han reafirmado su compromiso de trabajar juntos para desmantelar estas redes y llevar a los responsables ante la justicia, contribuyendo así a la seguridad y el bienestar de ambos países y de la comunidad internacional en su conjunto.
